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¿Existen similitudes entre TCA y Obesidad? Mi análisis y opinión personal de ambas definiciones.

Hablando en líneas generales, tanto la OMS (Organización Mundial de la Salud), como la SEEN (Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición), como la SEEDO (Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad) coinciden en que la obesidad se caracteriza por un aumento de la masa grasa del individuo, aunque son la SEEDO y la SEEN quienes la definen como una enfermedad, mientras que la OMS sin hacer referencia al concepto de patología o enfermedad como tal, habla de que puede ser un riesgo para la salud sin afirmarlo directamente.

   Por otro lado, los Trastornos de la Conducta Alimentaria se definen según la OMS como “Enfermedades mentales graves, que se presentan con comportamientos alimentarios anormales, acompañados por una distorsión en la percepción de la imagen corporal, una preocupación excesiva por el peso y por la comida, los cuales pueden afectar y deteriorar significativamente la salud física, mental y el funcionamiento psicosocial de quienes los padecen y, en casos extremos, pueden llegar a provocar la muerte, siendo las causas más frecuentes el suicidio o la desnutrición”.

   Conociendo las distintas definiciones que existen de obesidad y trastornos de la conducta alimentaria encuentro una diferencia clara entre ambos casos: los trastornos de la conducta alimentaria se definen como enfermedades mentales graves, entrando dentro de los criterios para el diagnóstico utilizado en psicología y psiquiatría (DSM-5), mientras que la obesidad no entra dentro de los parámetros de las enfermedades mentales. Sin embargo, en la referencia anterior de la OMS sobre TCA encuentro algunas similitudes que pueden afectar a algunas personas con obesidad, teniendo en cuenta siempre que no todas las personas obesas sienten un malestar hacia su cuerpo a pesar de todo lo que la cultura de la dieta ha impuesto desde hace décadas:

  • Distorsión en la percepción de la imagen corporal: Si bien es cierto que en algunos TCA la distorsión de la imagen corporal es una causa grave a tratar por parte de psicología y/o psiquiatría, las personas con obesidad pueden tener una distorsión de su imagen corporal. En consulta me he encontrado con personas que sin cumplir criterios para un diagnóstico de TCA por parte de un/a psicólogo/a, sí han tenido una distorsión de su imagen, sobre todo en personas con obesidad en las que se ha conseguido una recomposición corporal con un cambio de hábitos de forma multidisciplinar (educación nutricional, ejercicio y psicología a pesar de no existir TCA), sin embargo, estas personas no llegan a estar “contentas” con su imagen, a pesar de que se ve una pérdida de masa grasa y aumento de masa muscular.
  • Preocupación excesiva por el peso y por la comida: Es otra de las semejanzas que pueden aparecer entre personas con TCA y obesidad. Hasta hace relativamente poco se consideraba que las personas con obesidad eran personas descuidadas y que se alimentaban de forma menos nutritiva, comida basura o ultra procesados únicamente, y nada más lejos de la realidad. En clínica un alto porcentaje de pacientes que acuden a nosotros sufren de obesidad y sienten preocupación por su alimentación. Tal es así, que es un trabajo de fondo eliminar creencias que, una vez más la cultura de la dieta ha impuesto, y conseguir un equilibrio en las elecciones alimentarias de estos pacientes optando por la flexibilidad alimentaria para conseguir un aprendizaje y unos hábitos a largo plazo en lugar de una alimentación restrictiva con inicio y un fin.
  • Deterioro de la salud física, mental y psicosocial: Tal y como os he enseñado en sus distintas definiciones, la obesidad puede ser un factor de riesgo para padecer otras enfermedades. Por lo que es otra de las similitudes con las personas que padecen TCA. Asimismo, cuando las personas con obesidad sienten un malestar con su cuerpo, esto puede llevar a que su salud mental se vea mermada y, por ende, sus relaciones sociales se vean afectadas.

Los tres puntos anteriores al tener similitudes en el comportamiento y/o pensamiento de las personas que sufren obesidad pueden ser detonantes para desarrollar un trastorno de la conducta alimentaria.

   En torno a todo lo anterior, me reitero en que sois un gran número de personas las que acudís a a mí únicamente buscando una bajada de peso en báscula, sin ser conscientes de que la báscula es una cifra que no dice nada acerca de la persona que se ha subido en ella y de que existen multitud de factores o causas que pueden estar influyendo en esa cifra. Para que seáis más conscientes de los factores que pueden afectar en esa cifra que tanto os preocupa os los voy a dividir de la siguiente manera:

  • Causas modificables: factores ambientales, hábitos de vida, estrés, factor hormonal, microbiota, ritmos circadianos, historia ponderal, factor social, factor familiar, cultura, actividad física…
  • Causas no modificables: Factor farmacológico (si se tratase de medicación crónica), patologías, herencia genética…

   Las causas que trato y en las que intento ayudar a mis pacientes en clínica y siempre dentro de mis competencias son las causas modificables. Trabajando como base el cambio de hábitos de vida desde la educación nutricional para eliminar el sentimiento de culpa  y/o la demonización de ciertos alimentos; incluyendo consejos y ayuda para ir llevando a cabo pequeños cambios, como el sueño, el descanso o la recuperación; una búsqueda activa de algún deporte o actividad física que motiven al paciente a no abandonar el movimiento desde el disfrute de moverse y no como compensación ni buscando un resultado en la báscula; ser flexibles en la alimentación y sin llevar a cabo conductas peligrosas como la restricción o la compensación; ayudarles a hacer pequeños cambios en los ambientes sociales o familiares, sobre todo si el paciente está expuesto a un ambiente obesogénico; y dar consejos o tips para aquellos eventos sociales o familiares como son las navidades, bodas, cenas con amigos, etcétera, enseñándoles a ser flexibles y conscientes a la hora de las elecciones alimentarias sin que esto les genere un sentimiento de culpa, ya que a veces también es necesario sacar el enfoque de la comida, y enfocarse en el momento de disfrute con los amigos y familiares.

Esta entrada en el blog os puede resultar un poco más densa en comparación a lo que os tengo acostumbrados, sin embargo, me parece un tema tan delicado, que buscaba daros mi punto de vista y al mismo tiempo hacer que seáis más conscientes de que no todo es blanco o negro, y de una causa, es causa de muchas causas.

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